jueves, 28 de octubre de 2010

NUEVO PREMIO PARA BLAS

Nuestro amigo Blas Muñoz, miembro de EL LIMONERO DE HOMERO, acaba de obtener el premio que veréis en la foto adjunta. Del libro publicado al respecto, copiamos el poema: YO HABLO DE LA ROSA.



HOY hablo de la rosa
que en el humo reside.

De la fría pasión del alquimista
que en la copela quema
su esperanza.

De la palabra
sola

que florece en los labios.

martes, 19 de octubre de 2010

12 x 5




I

¿Por qué azotaron las espaldas mías
con la mentira impune y el ambiguo
insoportable hedor de tanto ultraje?

Con barrotes y oscuro el calabozo
encerraba los miedos de la gente
que entraría ¿quién sabe
por qué escondidas culpas?

Cadenas invisibles en mis pies
y el pensamiento en la injusticia hundido
por no saber el próximo capítulo
de qué porción de tiempo dispondría
y cómo
mis manos amputadas
podrían, sin sufrir,
acariciar mis días.


II

12 x 5 pies y un sucio poyo
en una caja hermética de plomo
donde encerrar mis lágrimas de sangre.
Los brazos no podían levantarse,
mis piernas oxidadas,
zumbando los oídos,
con mis ojos ahogados en el mar.

Tenía que seguir,
repasar el rosario de mi vida
y justificación buscar alguna
que me diera la clave
y mi pensamiento fuera capaz
de separar el pegajoso liquen
de la piedra, o mostrarme el horizonte
con la vela del barco desplegada.

Las semillas plantadas ¿se habrían marchitado,
o alguna prendió en los secos átomos del tiempo?

Vicente Barberá, El Limonero de Homero, 2010.

sábado, 16 de octubre de 2010

MADRIGAL DEL POETA Y LA BAÑISTA



Blas Muñoz es un excelente poeta miembro de "EL LIMONERO DE HOMERO" que acaba de ganar el Primer Premio (XX Premio de Poesía “Fray Luis de León”, convocado por el Ayuntamiento de Madrigal de las Altas Torres y concedido por la Institución Gran Duque de Alba de la Diputación Provincial de Ávila, 2010). Os adjuntamos el poema premiado y la portada de la edición.


Brilla el sol, flor amarilla
que se desmaya en su cuello,
mientras lame el mar su sello
en el sobre de la orilla.
Qué delicada puntilla
va de la rodilla al pecho
y vuelve, encaje deshecho,
de su pecho a la rodilla
mientras finjo, en mi sombrilla,
que escribo (el mar, al acecho).