viernes, 30 de diciembre de 2011

ANTONIO MAYOR

(Semblanza de Antonio Mayor, poeta de EL LIMONERO DE HOMERO).

Es el poeta de la palabra esquiva y precisa que sorprende por la equidad entre forma y mensaje. Su mirada la dirige a la realidad, lo anecdótico o un hecho concreto, llevado al poema con la objetividad y la ternura de quien nos hace ver y tocar las cosas. Es decir, que hace brotar la percepción en la página en blanco.
Su poesía es una corazonada, un golpe de palabras que deja eco en el recuerdo. A mi manera de ver es un poeta que toca el techo del simbolismo con la mirada cortazariana de lo cotidiano. Esta mirada nos hace pensar que trabaja la poesía con el rigor de pulir hasta conseguir el poema perfecto, a la manera mágica de los viejos oráculos, apresados y acotados por la palabra (Manuel Llopesa).




DEIÁ
(El rayo verde)

Cuando arrrastro el día
ya gato encerrado en el saco escapular
y me siento ante la última gota de sol,
y éste se pone con fondo musical de réquiem de Verdi;
cuando atardece sobre el baleárico mar en Deiá;
cuando cae el rojo disco al bolsillo del vértigo o de Dios,
no puedo remediarlo
y me siento aplaudido
(inexplicablemente).
(En esta foto, Ricardo Llopesa acompañado de cuatro miembros de EL LIMONERO DE HOMERO).

jueves, 29 de diciembre de 2011

LOS POETAS DE "EL LIMONERO DE HOMERO"

(Semblanza de "El limonero de homero", hecha por el conocido escritor y poeta nicaragüense Ricardo Llopesa, con motivo de la presentación del segundo libro colectivo de aquéllos).

Un día recibí una llamada de mi amigo Blas Muñoz invitándome a asistir a las reuniones de un grupo de poetas que se reunían los jueves por la mañana, en el Ateneo Mercantil de Valencia. Eran cinco amigos que tenían en común ser jubilados, haberse dedicado a la enseñanza y andar los cinco por la misma edad.
Con el escepticismo que me caracteriza pensé que iría a reunirme con unos poetas chalados, de los que tanto pululan por la ciudad, que poco o nada tenían que decir, cuyas formas rondarían la desigualdad, entre lo extremadamente innovador y su opuesto, la tradición. Y una temática sin tema o perdida en el nudo en las ideas.
Así pensaba. Llegado el momento, me encaminé a la Plaza del Ayuntamiento, atravesé los controles de seguridad de tan vetusta entidad y, para sorpresa mía, la realidad fue muy distinta. Después de participar como testigo de la pequeña tertulia poética de los jueves supe, entonces, que ellos se llaman "El limonero de Homero". Es decir, la cosecha de aquel árbol fornido herencia del gran padre de la literatura.
Como invitado se me ofreció un bocadillo caliente de jamón serrano y una copa de excelente vino tinto que compartí con aquellos poetas. La compañía fue muy grata, y su descubrimiento mucho mayor. Blas Muñoz puso de ejemplo nuestra vieja amistad que se remonta a inicios de los años 70, cuando ambos estudiábamos en la Universidad. Antonio Mayor me narró los años en que estuvo en misión diplomática española, a raíz de la guerra de Nicaragua y los conflictos de la región, en los finales del 70.
La alegría de un hombre simpático, Vicente Barberá, me entusiasmó tanto que su poesía me trasmitió el poder enigmático de las ilusiones. Me enterneció el pesimismo que giraba en torno de Joaquín Riñón, otorgándole a su aura cierto tono de languidez, como su poesía. A la salida, ya en la Plaza del Ayuntamiento, José Luis Prieto y yo caminamos mientras hablábamos de poesía francesa, frente a las estatuas negras de Rodin que se exponían al público.
De camino a mi casa pensaba en aquellos cinco poetas, que no eran ni locos, ni ignorantes, sino cinco poetas conscientes de lo hacían, cinco exprofesores, cinco voces propias con cinco temáticas distintas.
Me dije: "Son cinco, con cinco estilos diferentes, qué sorpresa". Nunca antes había conocido nada similar en los últimos treinta años y me quedé pensativo imaginando el futuro que les esperaba.
Hoy estoy aquí para hacerles compañía. Ellos son tan poetas que no necesitan de presentador, porque sus poemas son más auténticos que las palabras de un extraño. Pienso que el papel del presentador sobra.
De aquella llamada a esta noche, han pasado muchas cosas y hasta varios limoneros: El Limonero I, apareció en 2010 y El Limonero II, en 2011. En la poesía podrán ocurrir muchas cosas, pero estos limoneros estarán siempre vivos entre lo mejor de la bibliografía valenciana porque son dos obras que recogen el testimonio de cinco poetas que forman parte de la historia de la literatura valenciana.
Ellos son: Joaquín Riñón, José Luis Prieto, Blas Muñoz, Antonio Mayor y Vicente Barberá.

(En la primera foto, Ricardo Llopèsa, a la izquierda).
(En la segunda foto, Ricardo Llopesa, a la derecha en primer plano, en la cena con que se cerró el recital).

sábado, 24 de diciembre de 2011

EL LIMONERO DE HOMERO

El pasado 16-12-11 tuvo lugar en Bibliocafé un nuevo recital de EL LIMONERO DE HOMERO.

La presentación corrió a cargo de Ricardo Llopesa, poeta y escritor nicaragüense, editor de los dos primeros poemarios de EL LIMONERO DE HOMERO y prologuista de primero. Comenzó el acto con la presentación de la tertulia y de la teclista que acompañaba el recital.

A continuación los miembros de EL LIMONERO DE HOMERO leyeron varios poemas siendo aplaudidos por el numeroso público allí congregado. El recital terminó con una cena en la que continuó el clima de amistad y buenos deseos navideños.

(En la foto, de derecha a izquierda: Ricardo Llopesa, Joaquín Riñón, Blas Muñoz, Antonio Mayor, Vicente Barberá y Doris Alonso.)


domingo, 18 de diciembre de 2011

ESCRÍBEME UN POEMA


Acógeme en tus brazos
y llévame
sobre el distante azul
de tu hermosura,
o
mándame una rosa
envuelta en un adiós,
para que otro jardín
me acoja.

Escríbeme un poema
y háblame
con la palabra justa
de la espera,
o
déjame tranquilo
de una vez
para que otro querer
llame a mi puerta

Si así ha de ser, mujer,
no sufras.
Despídete,
¿qué más te da?,
o
mándame un e-mail
y olvídame.
En mi jardín, caben
otras muchas rosas.


(Valencia 29-02-08)