lunes, 3 de diciembre de 2012

FRIEDRICH HÖLDERLIN



EL JOVEN A SUS JUICIOSOS CONSEJEROS

Mis buenos amigos José Luis y Antonio, de EL LIMONERO DE HOMERO, recogieron el conocido verso de Hölderlin: El hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona.



¿Pretendéis que me apacigüe? ¿Qué domine
este amor ardiente y gozoso, este impulso
hacia la verdad suprema?¿Que cante
mi canto del cisne al borde del sepulcro
donde os complacéis en enterrarnos vivos?
¡Perdonadme!, mas no obstante el poderoso impulso que lo arrastra
el oleaje surgente de la vida
hierve impaciente en su angosto lecho
hasta el día en que descansar en su mar natal.

La viña desdeña los frescos valles,
los afortunados jardines de la Hesperia
sólo dan frutos de oro bajo el ardor del relámpago
que penetra como flecha en el corazón de la tierra.
¿Por qué moderar el fuego de mi alma
que se abrasa bajo el yugo de esta edad de bronce?
¿Por qué, débiles corazones, querer sacarme
mi elemento de fuego, a mí que sólo puedo vivir en el combate?

La vida no está dedicada a la muerte,
ni al letargo el dios que nos inflama.
El sublime genio que nos llega del Éter
no nació para el yugo.
Baja hacia nosotros, se sumerge, se baña
en el torrente del siglo; y dichosa, la náyade
arrastra por un momento al nadador,
que muy pronto se sumerge, su cabeza ceñida de luces.

¡Renunciad al placer de rebajar lo grande!
¡No habléis de vuestra felicidad!
No plantéis el cedro en vuestros potes de arcilla!
¡No toméis el Espíritu por vuestro siervo!
No intentéis detener los corceles del sol
y dejad que las estrellas prosigan su trayecto!
¡Y a mí, no me aconsejéis que me someta,
no pretendáis que sirva a los esclavos!

Y si no podéis soportar la hermosura,
hacedle una guerra abierta, eficaz.
Antaño se clavaba en la cruz al inspirado,
Hoy lo asesinan con juiciosos e insinuantes consejos.
¡Cuántos habéis logrado someter
al imperio de la necesidad! ¡Cuántas veces
retuvisteis al arriesgado juerguista en la playa
cuando iba a embarcarse lleno de esperanza
para las iluminadas orillas del Oriente!

Es inútil: esta época estéril no me retendrá.
Mi siglo es para mí un azote.
Yo aspiro a los campos verdes de la vida
y al cielo del entusiasmo.
Enterrad, oh muertos, a vuestro muertos,
celebrad la labor del hombre, e insultadme.
Pero en mi andadura, tal como mi corazón lo quiere,
la bella, la vida Naturaleza.

2 comentarios:

LA CAJA DE ANBAIRO dijo...

AMIGO VICENTE:

MI SALUDO CORDIAL Y MI ADMIRACIÓN.-

UN FUERTE ABRAZO:

ANTONIO BAÑOS

vicente barberá albalat dijo...

Gracias Antonio.

Nos tienes que enseñar a muchos cómo se consigue hacer comentarios.

Feliz Navidad y 2013.