martes, 29 de diciembre de 2015

AMANDO GARCÍA NUÑO


NADIE QUEDABA

Abrió la puerta para huir,
                                         convencido
de que nadie quedaba ya en el cuarto,

tenía razón, hacía tiempo
que la vida
barría las pelusas del pasillo,
hiriendo el rodapié de tanto hastío.

Cerró por fuera, resbaló un cerrojo
sobre el ayer hurtado,
tiró la llave, no era ya momento
    de hipotecar a medias el olvido.

    De nada servía ahora un corazón,

    además, deshabitado.                               

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