lunes, 7 de diciembre de 2015

DE AMOR Y SOMBRAS


TUS LLANTOS DE ESPUMA

I

Ya no hace falta
que me des nada.
Puedes quedarte con la espuma
que corona tu llanto.
Acércate al silencio si me buscas,
desnuda el pino en tablas donde yazgo,
móntate en su caballo de madera
y escribe en esos libros ligeros como plumas
que en el viento se pierden.

Y díselo también a mis amigos,
que no me traigan
la espuma de sus llantos,
ni los rayos de sol,
ni la paja de nido.
Que miren cómo rompe
el águila los aires
con su pico de hierro
y sus alas de escarcha.

Que quemen mis recuerdos, ya de piedra,
en el morir del alba
(pueden rociar con vino mis libros y poemas).
Y que canten, si quieren,
pero que escriban en los libros sin peso
ligeros como plumas.

II

Ya ha pasado la tarde por la ermita.
En el pico más alto los cuervos se han posado.
Escriben en el libro
sin mirar las palabras.
Se va yendo la luz
y cierran su brillo con tres llaves.

No me traigas tus llantos ni su espuma.
En la mansión oscura ha entrado ya la tarde.
Con ella voy. Me lleva.

Un pino silencioso
acoge ya mi cuerpo
envuelto en el sudario

                                        de tus llantos de espuma.

(Vicente Barberá Albalat)

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